Nuestra atención en el viaje de hoy se posa en Nueva Delhi. A los pies de la torre de la Victoria, imponente y majestuosa con sus 70 metros de altura se hayan los restos de Qutb Minar y una mezquita que es de finales del XIII y pasa por el primer templo islámico en territorio indio.
Es en el patio de esta mezquita donde podemos encontrar nuestra famosa columna, de unos 7 u 8 metros de altura y con un peso superior a 5 toneladas, a simple vista no parece gran cosa comparado con la notoriedad que esta adquiere en el mundo arqueológico, ¿será su edad, más de 1600 años?
Es en el patio de esta mezquita donde podemos encontrar nuestra famosa columna, de unos 7 u 8 metros de altura y con un peso superior a 5 toneladas, a simple vista no parece gran cosa comparado con la notoriedad que esta adquiere en el mundo arqueológico, ¿será su edad, más de 1600 años?
La edad de la columna no es de por si sola no es motivo de admiración, lo que si puede causar verdadero asombro es una característica que ha pasado desapercibida a ojos de investigadores y de grades observadores turistas de alrededor del mundo.
La columna es de hierro, y... no se oxida, se mantiene impecable sin ningún tipo de tratamiento ni cuidado especial.
Después de muchos pensamientos, nos preguntamos ¿el acero inoxidable no es invento de nuestra época? ¿Como puede ser que la india del siglo V tuviera conocimiento de esta técnica?
Todas estas preguntas se empiezan a plantear en la cabeza de muchas personas, y al final se ha convertido en uno de los enigmas más impactantes que conozco.
Tendemos a ver la historia de manera lineal y evolutiva, pero ¿y si no fuera así?, ¿y si en el pasado distintas hubiesen llegado a descubrimientos luego perdidos, y nosotros de manera más sencilla la hayamos recuperado?
